Para no lastimarse

Al principio de la práctica de yoga muchos de nosotros pasamos por una etapa de querer lograr más y mejores posturas, el éxito alcanzado en algunas flexiones o en algunos equilibrios desafiantes nos impulsa a querer alcanzar más y más logros espectaculares... ¡La capacidad del propio cuerpo es alucinante!

Si miramos al de junto queremos tal vez igualarlo o hasta superarlo... todo va de maravilla, nos sentimos muy bien con nosotros mismos, el cuerpo responde, la voluntad crece, la confianza y autoestima se elevan como espuma, nos sentimos maestros del yoga y de pronto... ¡Zás! Una lesión... nos pasamos del delicado límite entre hacer muy poco o hacer demasiado... un músculo desgarrado, un ligamento súper inflamado, un pellizco en la lumbar...

La Lesión es sin duda la Gran Maestra de la práctica, nos devuelve la atención consciente de manera amplificada, nos baja el ego que siempre quiere más y mejor y nos regresa al mat con una actitud más humilde, más yóguica, Ahimsa: No-Violencia. Lo único malo es que es una Maestra demasiado dura y algo severa. ¿Se puede encontrar la compasión y al mismo tiempo la perfección? ¿Hacer y al mismo tiempo no-hacer, en el momento preciso?

"Sólo si entendemos que el yoga es no-violencia, si tomamos conciencia de nuestros propios límites y los aceptamos, no sólo podemos llegar a nuestra mejor postura... sino también aceptarnos con nuestros propios límites..hoy puedo hasta acá y disfruto ésto que soy y ésto que tengo...hoy..."

0 comentarios: